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Estas cinco acciones te ayudarán a reducir el consumo energético y de agua en tu piscina. ¡Prepárate para la temporada de baño más sostenible!
Instala una cubierta
¿Sabías que uno de estos sistemas reduce en hasta un 65% las pérdidas de agua por evaporación? Además de las importantes ventajas de seguridad, una cubierta evita que hojas secas y otros elementos se acumulen en la piscina, reduciendo la necesidad de emplear tiempo en la limpieza y mantenimiento, ahorro en productos químicos y reducción de las horas de filtración (ahorro de energía y desgaste de los elementos de filtración.
Acaba con la estacionalidad
Ya que la piscina requiere un mantenimiento durante todo el año, ¿por qué no sacar el máximo provecho de la instalación y utilizarla de enero a diciembre? Una gran opción para ello es mediante el sistema de climatización (Bombas de Calor, calentadores eléctricos, intercambiadores de calor…) que nos permita alargar la temporada de baño y disfrutar de nuestra piscina el mayor tiempo posible.
Utiliza una bomba de velocidad variable
A diferencia de las bombas de una sola velocidad (velocidad funcionamiento constante), este de bombas permiten ajustar la velocidad y el caudal a las necesidades de cada momento, lo que aumenta su vida útil y evita el desgaste del resto de componentes de la piscina. Las bombas de velocidad variable, garantizan una reducción entorno al 85% del consumo de energía y aporta un ahorro anual de hasta 900 euros. Por otra parte, también nos benefician un nivel sonoro un 75% inferior al de una bomba de una sola velocidad.
Apuesta por la iluminación LED
Además de relajantes baños nocturnos en una atmósfera íntima y de diseño, las luminarias LED proporcionan un ahorro de energía eléctrica nada despreciable: ¡hasta un 95%!. La gama de luminarias subacuáticas DC PAR56 LED mejoran la calidad y la distribución de la luz.
Desinfecta la piscina con electrólisis de sal
A la hora de tratar el agua de la piscina, ahorra un 20% de agua y un 80% en consumo de productos químicos mediante la electrolisis salina. Este sistema de desinfección genera cloro a partir de sal disuelta en el agua, lo que te permitirá disfrutar de un baño más saludable y protege tu piel de la irritación y sequedad que genera la cloración tradicional. Además evita riesgos en el almacenamiento y manipulación de los productos químicos clorados.