La cavitación hidrodinámica es un fenómeno que ocurre cuando se generan y colapsan burbujas de vapor o cavidades en un líquido debido a cambios rápidos en la presión. En el caso de los cavitadores hidrodinámicos utilizados en piscinas, el objetivo es aprovechar este fenómeno para mejorar la circulación y la calidad del agua.
El cavitador hidrodinámico, utiliza un diseño específico para generar una mezcla de agua y aire comprimido en su interior gracias a la presión generada por la bomba de filtración. Este proceso, que no requiere de químicos ni de electricidad, permite que el aire y el agua se mezclen produciendo microburbujas en el agua.
Estas microburbujas se caracterizan por tener un tamaño muy pequeño, del orden de micras, y son transportadas por el flujo de agua en la piscina. A medida que las microburbujas se desplazan, se generan fluctuaciones en la presión del agua debido a la acción del cavitador.
Cuando estas microburbujas pasan por zonas de alta presión, como alrededor de las aspas del cavitador o en áreas de flujo restringido, la presión aumenta rápidamente, lo que provoca el colapso en microsegundos de las burbujas. Este colapso se produce en un período de tiempo extremadamente corto y genera un fenómeno conocido como implosión que añade una altísima temperatura. Durante la implosión, se generan fuerzas físicas intensas en la zona cercana a la burbuja colapsada que permiten eliminar todo tipo de materia orgánica, bacterias, virus e incluso cloramina.